Hoy tenemos segunda entrega de "Pifias de la historia", aunque más que historia hablamos de leyenda, pero como todos sabemos, en el péplum, tan lleno de licencias, ¿Qué es la leyenda y qué es la historia? Hoy nos vamos a la Iliada, donde un conjunto de suertes explicadas bajo las mecánicas de VE Péplum, principalmente críticos y pifias, dieron final a uno de los héroes más famosos de la historia ¿O era leyenda?
- DJ: A ver, Aquiles, el PNJ este que ha liado todo el tinglado,
Paris, te dispara por la espalda con su arco. Como el ataque es por detrás, en este caso, ese gran escudo que estás usando no te ofrece Def adicional por cobertura contra ataques a distancia. Vaya, si de todas formas te ha pegado con un crítico, y como efecto
del mismo decide causarte el máximo daño +1. Ten en cuenta que ya llevas un rato
batallando y chuleando en primera línea, y ya vas bastante tocado de PV (Puntos de Vida).
-
Aquiles: Bueno, no pasa nada, tengo el talento
“Invulnerable” con el que he ido restando daño y anulando muchos golpes. Así que tiro 1d10 y le resto eso al daño ¡Vaya caca! Un dos. Y no
puedo anular el daño restante gastando un Pep con este talento porque a estas alturas de la partida no me
quedan más Pep.
- DJ: Sí, ya los gastaste todos, y por cierto, hace un rato imploraste
algo a los dioses, donde gastaste esos últimos Pep que dices, y además sacaste
pifia y aún no ha pasado nada ¿Verdad?
-
Aquiles: Sí, estaba intentando motivar a Ares
para que se uniera a la batalla.
- DJ: Bueno, Ares no parece haberse motivado, pero Apolo, que te tiene
un poco de manía por algo que hiciste en su templo, sí que escuchó tu pifiosa plegaria, y
parece que ha modificado el curso de la flecha que te ha lanzado Paris, dándote
en un sitio en el que te duele mucho, que por algún motivo que desconoces para ti es más que vital, en el talón. Por ello, el daño que haga de ese flechazo crítico se dobla.
Bufff, mama mía, cuánto daño, arco largo (1d6+1) +1 por el efecto del crítico +1 por el bono de fuerza de París y aplicamos daño máximo = un 9, que multiplicamos por dos, cortesía de Apolo = 18, a lo que le restamos 2 por tu talento invulnerable = 16, joer, yo me tendré que pillar una calculadora, aunque tú, Aquiles, mientras vete buscando un enterrador.
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